VULNERACIONES
Control obsesivo, ciberacoso, sexpreading y delitos digitalesVULNERA-CIONES
Control obsesivo, ciberacoso, sexpreading y delitos digitalesVulneraciones de la libertad y la intimidad
A través de las pantallas y las redes sociales se materializan toda una serie de riesgos que vienen de terceras personas, con más o menos mala intención en función de la práctica de riesgo. Generalmente, hablamos de riesgos punibles y que se pueden canalizar o bien por medio de protocolos de actuación que incluyen una normativa clara o bien mediante faltas o delitos que pueden ser tipificados por la vía administrativa o penal. Los protocolos suelen ser de respuesta educativa y su aplicación no es obligatoria, pero sí muy recomendable. Si te has encontrado con algún caso o has sufrido alguna situación de este tipo, ponte en contacto con algún responsable de tu centro o entidad. También puedes pedir cita en la asesoría, donde te informaremos y te acompañaremos. Si has sido víctima de un delito, te recomendamos visitar el sitio web de los Mossos d’Esquadra o ponerte en contacto con la comisaría más cercana.
CONTROL OBSESIVO Y ENFERMIZO
Uno de los riesgos frecuentes y extendidos es el control excesivo de terceras personas que nos vigilan y controlan todo lo que hacemos. Está tan extendido que se da sobre todo en el ámbito de la pareja, pero también en el ámbito familiar (de padres a hijos, generalmente), entre amistades o en el ámbito laboral. Estos comportamientos son señal de una relación que no es sana, sino que, por parte de la persona controladora, hay algo más en la relación que le genera confusión o malestar y no sabe gestionar bien los límites.

¿Cuáles son los motivos por los que hay personas que ejercen un control enfermizo sobre los demás?
- × La inmediatez de la comunicación digital y el miedo —por múltiples causas— de la persona que lo ejerce, añadidos a una falta de madurez en el aprendizaje de los límites entre su espacio personal y el de los demás, hacen que gradualmente la persona controladora vaya aumentando la frecuencia de mensajes, con un tono de control y de querer someter al otro. La persona controlada, si no pone límites pronto y marca su espacio personal, se encontrará justificándose constantemente ante la persona controladora, dando explicaciones y teniendo un sentimiento de culpa que genera malestar, con una sensación cada vez más notoria de menos libertad y ahogamiento.
Y entonces, ¿qué papel tienen las pantallas?
- × El problema con las pantallas es que facilitan y potencian este control excesivo, ya que las aplicaciones de mensajería contienen funcionalidades que permiten saber si el otro ha recibido el mensaje o si lo ha leído, o cuánto tiempo hace que se ha conectado. Por fortuna, ya hace años que se denunció este hecho y las empresas responsables de las aplicaciones incluyeron en la configuración una opción para eliminar el doble o el triple visto (tick).
¿Y qué puedo hacer si me siento controlada o controlado?
- × Si te dicen insistentemente «¿Dónde estás? Te estoy escribiendo mensajes y no me contestas», quizás debes tomar distancia y ver qué está pasando. No es difícil saber si la persona te está controlando o lo hace por interés real, porque hace un tiempo razonable que no sabe nada de ti. La hiperconectividad 24 horas crea malentendidos y la gente cree que hay que responder inmediatamente. No temas no responder si no puedes o no quieres, no tienes ninguna necesidad de dar explicaciones a nadie por no haber contestado un mensaje… La comunicación se da cuando ambas partes, emisor y receptor, están dispuestas a ello. Cuanto antes establezcas los límites en la otra persona, antes lo entenderá y frenarás la escalada. Si puedes, queda con ella o llámala y cuéntaselo y, si continúa, usa la técnica del disco rayado (repetir la argumentación una y otra vez) y ve minimizando las comunicaciones para enfriar un poco la relación. La otra persona no tendrá más remedio que captar que se estaba pasando de la raya.
Una forma de maltrato (violencia) que preocupa
- × Este tipo de relaciones enfermizas y tóxicas son preocupantes, ya que estamos hablando de un tipo de maltrato, de abuso de poder y de violencia. De hecho, es uno de los síntomas de la violencia sexual y de género. Muy a menudo se empieza por ahí y se acaba con violencia física o psicológica. También preocupa porque, de alguna manera, nos sirve de termómetro para saber qué niveles de salud emocional y de madurez tenemos. Si en determinados grupos o zonas geográficas vemos que esta forma de maltrato está muy extendida, es un indicador claro de que no hemos aprendido a relacionarnos adecuadamente con valores como el respeto, la tolerancia, el amor y la compasión para con los demás, o la vocación de servicio a los demás.
CIBERACOSO POR PARTE DE DESCONOCIDOS
En esta otra forma de ciberacoso, la persona que agrede y la agredida no se conocen. A menudo se da cuando dos o más personas se conocen a través de chats de Internet y lo que empieza siendo una amistad virtual acaba siendo una situación de acoso y provocando malestar en la víctima.
CIBERACOSO POR PARTE DE DESCONOCIDOS
En esta otra forma de ciberacoso, la persona que agrede y la agredida no se conocen. A menudo se da cuando dos o más personas se conocen a través de chats de Internet y lo que empieza siendo una amistad virtual acaba siendo una situación de acoso y provocando malestar en la víctima.
¿Qué puedo hacer de entrada?
El primer paso que se debe hacer es no dejarse violentar y tomar conciencia de lo que es una amistad real, en contraposición a una amistad virtual. Puede haber personas que se hagan pasar por iguales (de hecho, es muy fácil) y obtengan datos personales o imágenes comprometidas, que pueden usar para chantajear (sextorsión, por ejemplo).
Cabe preguntarse cuál es nuestro círculo estrecho de amistades o de apoyo (los cuatro o cinco mejores amigos que tenemos), el círculo de buenos amigos (suelen ser entre 12 y 15 personas) y los demás conocidos (aproximadamente, unas 150 personas). Si tenemos claro cuál es nuestro círculo real de amistades y nos entra una nueva amistad virtual, será más difícil que nos confundamos. Por ejemplo, el círculo de mejores amigos o de apoyo se caracteriza por el hecho de ser aquellas personas a las que, en caso de tener un problema, acudiríamos. Si, en caso de tener un problema, nos dirigimos a personas desconocidas, que estarían fuera de los tres círculos, y esas personas tienen mala intención, caeremos fácilmente en sus manos. Por lo tanto, aunque las redes sociales pueden ir bien para ampliar amistades o socializarse y practicar nuestras habilidades sociales y comunicativas, es imprescindible no confundir las relaciones sociales reales con las virtuales ni querer sustituir unas por otras. Pueden acompañar o complementar, pero no ser la principal forma de comunicarse y dejar de lado los encuentros y las actividades presenciales.
Y si ya sufro ciberacoso, ¿qué puedo hacer?
Un buen truco es confiar virtualmente en aquellas personas que conocemos en la vida real, de carne y hueso, y no hacer nada en la red que no haríamos en persona. También debemos protegernos digitalmente, evitando dar información personal a terceras personas y realizando controles periódicos de la configuración de privacidad y seguridad de los sitios web, las aplicaciones o las redes sociales que usamos. Una buena prueba es buscarte a ti mismo en Internet para ver qué información tienes accesible a todo el mundo y, si encuentras información personal, eliminar su rastro. Pensar que la red es segura es una falsa percepción.
También, para evitar casos de escalada de la tensión y promover una comunicación saludable, hay que seguir las recomendaciones de la Netiquette, que es como la norma social deseable para establecer una buena comunicación por Internet. Si a pesar de esto sufres un acoso, evita responder a las provocaciones, corta la comunicación y pide ayuda, y guarda siempre las pruebas por si las puedes necesitar más adelante
CIBERACOSO ESCOLAR
Esta forma de acoso, principalmente entre jóvenes en edad escolar, se conoce popularmente como cyberbullying. Podemos diferenciar dos formas de acoso escolar: el presencial y el virtual. El ciberacoso ha ido ganando terreno al primero en los últimos tiempos. Se da cuando una persona joven es acosada, humillada, increpada o molestada a través de las redes sociales y las apps de Internet y del móvil..
CIBERACOSO ESCOLAR
Esta forma de acoso, principalmente entre jóvenes en edad escolar, se conoce popularmente como cyberbullying. Podemos diferenciar dos formas de acoso escolar: el presencial y el virtual. El ciberacoso ha ido ganando terreno al primero en los últimos tiempos. Se da cuando una persona joven es acosada, humillada, increpada o molestada a través de las redes sociales y las apps de Internet y del móvil.

¿Quién hace qué?
- × A menudo, estas violencias se producen entre personas conocidas, que aprovechan el anonimato de las redes. También, por la sensación de impunidad que tienen las personas agresoras, que piensan que no las cazarán ni les conllevará ninguna consecuencia real. De ahí la importancia de las terceras personas que observan o presencian la situación, como sucede con cualquier forma de violencia. Son los observadores pasivos. Puede que la persona acosada lo denuncie, pero, si no lo hace, estos terceros pueden apoyar a la víctima o compartir su preocupación con alguna persona adulta, que los oriente y los ayude a activar las teclas necesarias. Como, por ejemplo, avisar a los referentes educativos del centro escolar y activar los protocolos de actuación ante el acoso escolar, pedir ayuda a algún servicio especializado o, en caso necesario, avisar a la Policía Local o a los Mossos d’Esquadra.
La intencionalidad detrás del acoso no siempre es la misma
- × En cuanto a la motivación de la persona o personas agresoras —se suele hacer en grupo—, hay que remarcar que puede haber distintos niveles de intencionalidad. A veces se trata de hacer una broma, y no hay mala fe real detrás. En estos casos, cuando se detecta y se actúa, rápidamente se ve como las personas agresoras se dan cuenta de la situación y se sienten culpables. Les suele pasar, al igual que a los controladores del apartado anterior, que no han aprendido a gestionar los límites entre lo que soy yo y lo que son los demás y, de este modo, hacen bromas que a una persona madura no le pasaría por la cabeza hacer. Como no hay cara a cara, se pierde conciencia de lo que se hace. Y todo se acaba saliendo de madre y se crea un buen revuelo. En cambio, hay otras formas de ciberacoso que son más intencionadas y que pueden ser de tipo bien variado: la persona agresora se quiere vengar de la víctima, también está sufriendo violencia en casa, tiene problemas psicológicos o físicos, siente excesivo miedo o inseguridad, tiene algún trauma no resuelto, etc. En estos casos, no solo destapando el caso y realizando la intervención educativa resolveremos la situación, sino que también habrá que evaluar cómo se encuentra el agresor o agresora para ver qué hay que hacer.
¿Y qué hago si me encuentro acosada o acosado por alguien?
- × Lo más importante es que no te quedes sola o solo y puedas hablar con alguien de lo que te ha pasado o te está pasando. Si tienes dudas sobre si es o no es un acoso, pero tú lo sientes así, es recomendable explicarlo a alguna persona de confianza, un amigo de apoyo, una persona adulta o familiar de confianza, o algún profesional de referencia del centro educativo o de trabajo que te pueda orientar.
También es importante, en espacios como los grupos de mensajería o las redes sociales, que las personas que observen esta situación actúen, en lugar de callar —como ocurre a menudo por miedo a la persona agresora, para no convertirse en punto de mira, por no saber cómo hacerlo o por continuar la bromita. Es importantísimo no seguir el juego de quien agrede, ya que si le reímos las agresiones la cosa irá a peor… Debemos pensar que decirlo no es ser un chivato, sino que estaremos ayudando a los demás, defenderemos un derecho fundamental y trabajaremos para mejorar la convivencia.
SEXPREADING
Esta forma de violencia sexual que se vehicula a través de las pantallas se confunde habitualmente con una práctica sexual llamada sexting . Mientras que el sexting es una práctica sexual —con consentimiento tanto por parte de la persona que envía las fotografías con contenido sexual como de quien las recibe—, el sexpreading es una forma de violencia sexual, una agresión. La persona que recibe las imágenes está sufriendo una violencia, porque no ha consentido el uso de estas a la persona que las envía.

¿Cuáles son sus características?
Se considera una triple violencia por distintos motivos. En primer lugar, porque difundir imágenes con contenido sexual implica invadir la intimidad de la víctima, una situación que ella no ha elegido. Después, porque se rompe un pacto, al utilizar un contenido sexual que muchas veces se había compartido, pero no con ese fin, y que finalmente adopta una forma de agresión. A veces también ocurre que se consigue el material mediante un hurto o robo de estas imágenes, lo que igualmente constituye una violencia por la estafa o el engaño. Y finalmente, porque el sexpreading se caracteriza por la difusión a terceros, como castigo a la persona acosada. Justamente es por este tercer factor o tercera violencia social y colectiva por lo que hay que poner la mirada en el hecho de que el sexpreading no deja de ser una forma de control social, además de la propia coacción que pueda haber en cada caso. Es control social porque la respuesta que se da en muchos casos es la de emitir mensajes supuestamente preventivos dirigidos a las personas afectadas, principalmente chicas acosadas por chicos, como si hacerse una fotografía con contenido erótico fuera malo en sí mismo. Emitir estos mensajes es contraproducente, porque coarta la libertad sexual de las personas y, por lo tanto, como en todas las violencias, hay que combatirlo dirigiendo la mirada hacia el agresor con la colaboración de las personas observadoras, para ayudar en la denuncia del caso y no dejarlo pasar.
¿Cómo lo podemos prevenir?
Por un lado, con una buena educación sexual que ayude a los adolescentes a aprender cuáles son los valores esenciales para una buena relación sexoafectiva, es decir, el amor, el respeto, el consentimiento, la libertad y el placer. En segundo lugar, por medio de una buena educación en la gestión de los límites en las relaciones interpersonales, una buena educación emocional que permita aumentar la perspectiva crítica sobre el fenómeno de esta violencia y de otras. Y después, con toda la respuesta colectiva que se active, por ejemplo, emprendiendo acciones de rechazo a la persona agresora, no juzgando nunca a la víctima, frenando la difusión de las imágenes y, muy importante, con el apoyo de las personas que rodean a la víctima por si quiere hablar o tomar alguna medida sobre este tema, siempre respetando sus tiempos y su voluntad.
DELITOS DIGITALES
Hay un montón de métodos y maneras de estafar, hackear, robar datos personales o documentos de otros, hacerse pasar por otras personas, espiar, etc. Las numerosas aplicaciones donde volcamos nuestra información personal y la gran cantidad de datos que damos implican una difícil gestión para protegernos, pero hay mucha información en la red y puedes preguntar a otras personas cómo lo hacen. Como se trata de temas que tienen que ver con la seguridad y la privacidad, hay que prestar atención y dedicar tiempo a configurar la seguridad de nuestros sistemas digitales, como haríamos con nuestra casa en la vida real. A veces da pereza porque suelen ser configuraciones farragosas o complicadas, pero más vale prevenir que curar. Revisa qué información personal tienes colgada en la red, guarda bien las contraseñas y ve cambiándolas, siguiendo los parámetros de seguridad, y asegúrate bien de con quién hablas y dónde compras por Internet.
Prevenir
Como se trata de temas que tienen que ver con la seguridad y la privacidad, hay que prestar atención y dedicar tiempo a configurar la seguridad de nuestros sistemas digitales, como haríamos con nuestra casa en la vida real. A veces da pereza porque suelen ser configuraciones farragosas o complicadas, pero más vale prevenir que curar. Revisa qué información personal tienes colgada en la red, guarda bien las contraseñas y ve cambiándolas, siguiendo los parámetros de seguridad, y asegúrate bien de con quién hablas y dónde compras por Internet.
Denunciar
Nos referimos en todos estos casos a delitos que hay que denunciar y, por lo tanto, hay que recurrir a la Policia Local o als Mossos d’Esquadra.
Actualmente, y desde hace mucho tiempo, estos cuerpos policiales cuentan con departamentos especializados, además de sus webs, y con agentes que asesoran y guían sobre cómo se puede poner orden en los temas de seguridad y privacidad digital.
¿Dudas?
En caso de necesitar asesoramentiento o resolver dudas, o si piensas que puedes ser víctima de un delito relacionado con la navegación por Internet, en cualquiera de sus posibilidades, o has visualizado alguna página que contenga pornografía infantil, escribe a la dirección electrónica internetsegura@gencat.cat, y el departamento especializado de los Mossos se pondrá en contacto contigo.
Perfiles falsos
Sí que hay uno de los riesgos que merece mención particular, y es el de la suplantación de la identidad o la creación de perfiles falsos que son usados por otras personas con el ánimo de engañar o hacerse pasar por una persona distinta (por miedo o vergüenza a mostrarse como realmente son).
Robatorios ID
El robo de la identidad digital suele suceder cuando no tenemos precaución en la gestión de nuestras contraseñas o de nuestras fotos, que quizá no deberían circular tan libremente.
¿Ya lo revisas?
¿Has probado alguna vez buscarte a ti mismo en la red para ver qué tienes publicado y que cualquiera podría usar? Tal vez sea necesario que revises qué fotos publicas, para qué las publicas, dónde las publicas y quién tiene acceso a ellas, si tus amistades o todos los miembros de la red social.
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